En España, en la región del Alto Tajo (Peñalén, Guadalajara), dentro de un área natural protegida (Parque Natural del Alto Tajo SAC-SPA ALTO TAJO, ES4240016 y ES0000092), se restaurarán cuatro espacios mineros. Éstos incluyen una mina abandonada (Santa Engracia), con dos frentes, y las escombreras asociadas a ella, generadas durante su etapa de explotación. Los espacios de intervención son antiguas minas de caolín a cielo abierto, con unas características específicas que hacen que su restauración sea una tarea compleja: pendientes muy elevadas (más de 40%), frentes de explotación muy altos, de cerca de 100 metros de altura, y ambientes muy erosivos.
Varios de los valores más importantes del área natural protegida del Alto Tajo son precisamente la calidad del agua de sus redes fluviales y las especies y comunidades que habitan en ellas, así como su configuración hidromorfológica.
En el caso de la mina abandonada de Santa Engracia, uno de los principales problemas actuales es la alta tasa de erosión de sus vertientes. Aunque en la década de 1990 se implementaron medidas de restauración, para tratar de minimizar el impacto de la erosión, éstas fracasaron, de modo que las tasas actuales de erosión se sitúan en más de 300 t/ha/año, significativamente más altas que los valores naturales de erosión en el entorno, cercanos a las 5-10 t/ha/año). Así mismo, los valores de Carga Sólida en Suspensión (CSS) medidos en el río Tajo, aguas abajo de la mina (390 g/L), son también mucho más altos que los valores de referencia del entorno natural (24 g/L).
La gran cantidad de sedimentos liberados a la red fluvial, modifica la hidromorfología del sistema y afecta negativamente a los hábitats naturales de la Red Natura 2000 presentes en la zona: Hábitat 3140 – Aguas oligomesotróficas de piedra caliza con vegetación bentónica de Chara spp.; Hábitat 3110 – Aguas oligotróficas con muy poco mineralizadas de llanuras arenosas (Littorelletalia uniflorae); y Hábitat 92ª0 – Galerías forestales de Salix alba y Populus alba. El plan de gestión del Parque Natural del Alto Tajo reconoce esta situación como una amenaza a los ecosistemas fluviales: “Las operaciones mineras pueden causar impactos ambientales de gran magnitud y son prácticamente irreversibles, si no se llevan a cabo de manera ordenada (…) y con medidas de restauración efectivas”. Por todo ello, en el proyecto LIFE RIBERMINE se aplicarán, de forma conjunta, lo que se consideran mejores técnicas disponibles, a nivel internacional, para la restauración de espacios mineros. El objetivo final es la restauración de ecosistemas y paisajes equivalentes a los naturales, reponiendo sus bienes y servicios, partiendo de la reducción de la erosión y la CSS a valores equivalentes a la línea base, contribuyendo a mejorar la calidad óptima de los hábitats naturales circundantes.
Alto Tajo (Peñalén, Guadalajara)
En total, se intervendrá un área aproximada de 30 ha, distribuida en las siguientes zonas de intervención:
Frente del cementerio: será remodelada una superficie de 1,5 ha. Para ello se utilizarán cerca de 11 024 m3 de tierras (estériles y antiguos suelos) para el relleno de la plataforma actual.
Frente del camino a Poveda, mina Santa Engracia: la superficie a remodelar tendrá unas 6,7 ha, y serán movilizados aproximadamente 315 700 m3 de material (estériles, formaciones superficiales y suelos). También será necesario el bombeo de agua acumulada.
Escombreras exteriores de Santa Engracia, en el frente del camino a Poveda: serán remodeladas 5,6 ha. Se moverán cerca de 92 174 m3 serão.
Escombrera Hoya Grande: la superficie a remodelar y descompactar será de 11,3 ha. Para ello, será necesario movilizar unos 8 483 m3 de material, y se incluye el uso de técnicas pioneras en el laboreo del suelo.
Sado y Mira (Lousal, Grándola – Ribeira de Corona)
Lousal se encuentra situado en la cuenca hidrográfica del Río Sado (Grándola, Portugal), cerca de Ribeira de Corona. Esta antigua mina de pirita (FeS2, disulfuro de hierro, explotada como mena de azufre), fue abandonada en el año 1988, encontrándose actualmente inactiva. La mina fue explotada mediante un sistema de galerías en profundidad, a través de las cuales se extraía el mineral. Como resultado de la actividad minera, actualmente existe en el entorno minero un depósito de minerales inertes y ganga. Debido a su alto contenido metálico, y al encontrarse expuesto a la intemperie, cuando el agua de lluvia entra en contacto con el depósito, se produce la oxidación de sulfuros y la lixiviación de metales pesados como el cobre (Cu), plomo (Pb), zinc (Zn) y arsénico (As), contenidos en los minerales del depósito. Como consecuencia de este proceso, se produce el drenaje ácido de mina (DAM), aguas de colores rojizos debido a la alta concentración de compuestos de hierro disueltos y con un pH extremadamente ácido (con un promedio de pH 2.5). Las aguas subsuperficiales también se encuentran afectadas por este proceso, debido a la presencia de depósitos minerales en profundidad.
La presencia de DAM superficial, junto con intensos procesos erosivos, dificultan el desarrollo de la vegetación nativa y afectan a las redes fluviales situadas aguas debajo del entorno minero, resultando en altos riesgos ambientales. A pesar de los esfuerzos previos para mitigar los problemas de contaminación presentes en la mina (uso de tanques de contención y corrección de DAM, biorremediación, etc.), el problema persiste.
En Lousal se implementará un experimento piloto sobre un área de 1,5 ha, donde se aplicarán las metodologías utilizadas en la zona del Alto Tajo, completadas con otras específicas para tratamiento de DAM, con el objetivo de transferir su aplicabilidad a entornos afectados por minería metálica. Cabe destacar, en este sentido, que en Lousal será la primera vez, a nivel europeo, en la que se combinarán técnicas de estabilización física mediante restauración geomorfológica con técnicas de estabilización química.